EL RASTRO, de Margo Glantz
Descripción
El corazón, dice Pascal, tiene razones que la razón desconoce. Este conocido aforismo del filósofo francés medula la novela de Margo Glantz, como si se tratara de manera literal de un andante con variaciones: los personajes se reúnen en un velorio y, en procesión pueblerina, se dirigen a la iglesia del convento donde oyen misa de cuerpo presente antes de trasladarse al cementerio local, situado en un valle rodeado de montañas; entre ellos, casi anónima, Nora García, la protagonista, de regreso en el pueblo -después de una larga separación- para asistir al velorio de Juan, su ex marido, músico como ella, quien acaba de morir de un infarto de miocardio.
El corazón, el verdadero centro del relato y de la vida, reloj humano que mide con perfección nuestro tiempo corporal y a la vez se nos presenta como el órgano del deseo. ¿No decía Roland Barthes que el corazón se hincha, se rompe, desfallece, igual que el sexo?
La variación se utiliza como clave de la organización narrativa. Se parte del material más trillado, paródico, banal, para realzar el arte de la combinación, la transfiguración, el uso sistemático de un canon y la edificación de una amplia estructura a partir de una obsesión monocorde. Esta poética abre un campo de acción sin límites para la invención; permite que los elementos más importantes del relato permanezcan y se repitan -modificados, degradados, engrandecidos, copiados al carbón-, como si fueran sus pivotes estructurales: realzados con numerosas intercalaciones y digresiones a la manera de las variaciones Goldberg de Juan Sebastián Bach, en especial la interpretación caprichosa que hiciera de ellas Glenn Gould.
La vida, dice el tango, es una herida absurda. Nora García la va viviendo como un derrumbe, una pulverización, aunque también como la posibilidad de empezar de nuevo, en esta excelente novela de la prestigiosa escritora mexicana Margo Glantz.
Comentarios períodisticos de Clarín del 31 de julio de 2020.
El entierro de un hombre con el que se compartió parte de la vida, un hombre muy amado en el pasado que se contempla como extraño en su ataúd, desencadena en El rastro, de Margo Glantz, un relato hipnótico que oscila entre el presente un poco absurdo de esas ceremonias multitudinarias de despedida y el recuerdo que trae oleadas de ese pasado compartido. Nora García, que alguna vez vivió en esa misma casa donde Juan es velado, siente que es a ella a quien deberían dar el pésame. Entre la multitud hay personas que prefiere ignorar, no la trataron bien en el pasado, mientras la mente de Nora va y viene del pasado a esa boca que habla. ¿Qué le habrá hecho él, para que alguna vez le deseara que muriera como un perro? La música y la escritura tienen un lugar central en esta nouvelle sobre un compositor y una chelista y escritora. La maestría de la escritora mexicana se despliega en el fluir de su prosa de un tiempo a otro, en la sagacidad de su mirada, en el humor, la delicadeza y en la pasión que vibra como un bajo continuo en esta obra breve y deliciosa.