El sutil fulgor de un grano de arroz o el fragil cuerpo de un brote de soja que cierto dia deslumbraron al poeta, encarnan hoy dia, el producto tipico de una devastadora politica mundial. La semilla, el principio de todo, ya no pertenece al agricultor, sino a unas pocas firmas multinacionales. La vida, lo viviente, se ha reducido a una fuente de beneficios que se presenta bajo la banal apariencia de filamentos de ADN. El desequilibrio medioambiental y la biodiversidad se quejan ya de ello. El cuerpo humano pagara las consecuencias. Este ensayo pretende aportar nuevos datos para el debate publico.