Escribo desde la fealdad, y para las feas, las viejas, las c amioneras, las frgidas, las mal folladas, las infollables, t odas las excluidas del gran mercado de la buena chica, pero tambin para los hombres que no tienen ganas de proteger, par a los que querran hacerlo pero no saben cmo, los que no son ambiciosos, ni competitivos, ni la tienen grande. Porque el ideal de la mujer blanca, seductora, que nos ponen delante d e los ojos es posible incluso que no exista.
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